miércoles, 14 de marzo de 2007

¿Dèjá vu o salirse del guión?

Esta película ya la he visto. Me refiero a la de estar sentado delante del televisor viendo como Di Caprio y la Winslet pasean felices por la cubierta del Titanic cuando todos sabemos que él va a morir y que ella sobrevivirá helada mientras el barco se hunde. Los franceses, muy propios ellos, lo llaman déjà vu, los comunes mortales decimos, “y a mí que todo esto me suena a que ya lo he vivido antes”.

El tren perdido. Nos situamos en el puesto 14, a 4 puntos de jugar las eliminatorias. Y no es que estemos lejiiiiisimos, es que la sensación que transmite el equipo y quien lo dirige no me invita a ser optimista.

Total que la próxima jornada contra el Villanovense jugamos por no entrar prácticamente en promoción...pero la de descenso...lo dicho, al filo de la navaja

Me gusta el optimismo, pero lo que no soporto es tanto realismo

Las líneas anteriores no han sido escritas esta semana, que podrían haberlo sido perfectamente, matizando algunas cosas, claro. Fueron escritas justo tras la derrota en casa contra el Mérida y esperando jugar contra el Villanovense. De acuerdo. El comentario comete un gran error, el de dar el tren por perdido, como posteriormente se ha demostrado, pero h
a hecho falta una vuelta completa para volver a situarnos el mismo punto, en el filo de la navaja.

El Real Jaén que en aquel momento no pasaba de ser un mero corto, ha convertido su existencia en una superproducción digna de un gran estudio. No le falta de nada. A Juan Miguel Hitos en el papel del productor cansado de poner pasta para una película a la que el público no ha respondido según sus expectativas; a Carlos Sánchez como director que sí cuenta con el favor del público y que ya ha encontrado sustituto al productor porque quiere cumplir su sueño de ganar a un Goya; Jordi Vinyals, por su parte, escribe el guión que veinte jugadores en el papel de actores ejecutan como mejor pueden. Y al otro lado estamos tú y yo, el invariable público.

Al rodaje cada vez le quedan menos semanas y el guionista desde hace un tiempo escribe la misma escena una y otra vez. Los actores a duras penas realizan una interpretación creíble ante un público cada vez más escéptico. A su pesar, el jurado no deja fuera de la carrera hacia el premio. El reparto, que en principio se supuso capacitado y suficiente, en el momento de la verdad, cuando han aparecido los achaques, cuando había que dar el do de pecho, se ha revelado como escaso y en algunos casos no suficientemente cualificado para desempeñar el papel que el guionista y el público exigían. Ya es tarde para lamentarse por ello.

La próxima escena no debe suponer un esfuerzo, si bien tras el último fiasco interpretativo, el público espera algo más. El guionista debería revisar su libreto, darle la oportunidad a que otros actores se incorporaren a la misma, situar el decorado de otra manera, mostrar al público que esto no es un déjà vu, que son efectos especiales. Olvidemos que hay más allá de esta escena porque si no se representa como es debido, el premio del jurado será casi imposible de alcanzar y lo que es peor, el premio de la crítica será el único al que se aspirará.

Y mientras se prepara el rodaje, al plató llega el próximo jueves el todavía productor para reunirse con el director. En su roulotte se hablará del abandono de la productora y la entrega de su participación en favor de la dirección. Ahí no habrá focos. Hasta las seis de tarde no sabremos como ha concluido el encuentro. El productor tomará la palabra ¿Y cómo se va a terminar la película? -nos preguntamos desde el patio de butacas-. Dicen que el productor entrante debería acabarla y ayudar a planificar la siguiente producción, insinúan que hasta el propio productor se puede llegar a enrocar y sacar un as de debajo de la manga. A una parte del público no le salen las cuentas. Muchos miles de euros se deben poner encima de la mesa para terminar la película actual y la teórica llegada del nuevo sólo ayudaría a cubrir parte del presupuesto. Se me antoja que va a ser muy necesaria la incorporación de nuevos elementos a la producción. Intereses , suponemos que demasiados.

Y esto es todo, como dicen en el gremio, mucha mierda para todos. Deseando estamos que el domingo se oiga el MOTOR, CÁMARA, ACCIÓN y que por fin cambie el guión. No todo en la vida va ser fútbol.

2 comentarios:

Johnbo dijo...

Me dejas impresionado. Pedazo de metáfora. Oye, ¿tú has escrito algo a nivel amateur o profesional? Lo pregunto en serio.

Anónimo dijo...

Amigo Oscar la película no ha terminado, y a falta de varios fotogramas para que termine me da la impresión (quizás sea un deseo) de que el final será de esos que dejan impresionados a todo el mundo, un final de los que hacen olvidar el resto de la película, y dejan buen sabor de boca.

Un saludo, Eloy.