jueves, 14 de mayo de 2009

Maldito parné

Que pena. Se ha dado la vuelta a la tortilla de la atención mediática de los aficionados. Hemos pasado de estar centrados en hacer de Butarque una fiesta blanca para ayudar al equipo en este primer envite en pos del ascenso, a pensar en el aspecto que presentará la grada en el partido de vuelta dentro de 10 días. Responsable: el maldito parné.

La publicación de los precios del partido de vuelta contra el Leganés no ha caido nada bien entre la afición. Lógico, normal, comprensible. Las reacciones, me refiero.

Ha habido que arrancar la maquinaría del partido contra el Leganés demasiado pronto sin dejar que el balón dicte su ley. Busco una explicación. Quizás pensaron: "sólo tengo este partido garantizado". No me convenzo. Hemos dado una excusa a los que no la necesitan y hemos vuelto "a agraviar" a nuestro abonado.

El mucho mérito de nuestros dirigentes haciendo cada mes de funambulístas financieros en ese fino alambre que cruza el precipicio de la economía de nuestro club, se puede tambalear en el subconsciente de muchos cuando para poner la red se tiene que recurrir al bolsillo del aficionado, y en particular, y en exceso esta temporada, al bolsillo del sufrido y fiel abonado. Sin duda no sería justo, pero es nuestra idiosincresia.

Y es que, si como todos deseamos se pasa esta eliminatoria, solo será el principio y la afición tendrá que volver a rascarse el bolsillo y si se pasa la siguiente el roto será aún mayor. Dejavú.

Ir a Leganés puede ser un "lujo". Comprar la camiseta conmemorativa puede ser un "lujo" más. Pero ir a la Victoria el domingo 24, debería ser una obligación.

No podemos fallar, y aunque a algunos les pueda parecer triste asistir al partido porque cargaría esos precios de razón, no tenemos otra opción, porque por encima de todos está el Real Jaén y nuestro sueño de abandonar la segunda B: el gol sur reventará, tribuna se llenará y preferencia ahí estará (gol norte exiliado -para variar-). Eso sí, lo que nunca se podrá valorar es cuanto se dejó por el camino, y no solo a euros me refiero. El futuro es mañana y todo depende de un caprichoso balón.

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